Cognac Frapin Cuvée Rabelais
Cuvée Rabelais
Este humanista y hombre de letras, cuya obra celebra el amor a la vida, es ante todo el abuelo de Pierre Frapin, fundador de la Casa. Si este linaje es un recordatorio de las raíces históricas de los coñacs Frapin, también subraya el carácter excepcional de este coñac: una mezcla de aguardientes notables procedentes exclusivamente de nuestras "bodegas Paradis", así como de nuestras "dames-jeannes" que contienen coñacs antiguos de edades desconocidas.
De color ámbar con reflejos anaranjados, este coupage revela una nariz especialmente delicada, salpicada de aromas de naranjas y albaricoques confitados, seguidos de discretas fragancias amaderadas. En boca, se funden con notas de frutos secos y regaliz, antes de revelar los complejos aromas del famoso rancio de Charente, que recuerdan al tabaco y a las cajas de puros. Su infinita longitud en boca completa la degustación extremadamente progresiva de esta edición limitada.
Como una brillante gota de ámbar sublimada por la pureza del cristal, el decantador Cuvée Rabelais parece suspendido en la luz. En un diseño audaz, su base redondeada está subrayada por capas concéntricas que, a través de una sutil gradación, magnifican los reflejos dorados de un coñac excepcional al tiempo que sugieren el trabajo del tiempo. El cuello de la preciosa botella, revestido de oro, está grabado con una rama de vid, evocando las maravillas de la región de Charente. Apoyado sobre una base etérea dorada con oro fino de 24 quilates -objeto de orfebrería, pulido y ensamblado a mano con precisión, cuyas líneas se hacen eco de las suaves curvas de la preciosa botella-, este decantador inspira un auténtico ritual de degustación. Basta con retirar su cabujón de cristal tallado para aspirar el vals de aromas de la Cuvée Rabelais. Cada decantador numerado de Cuvée Rabelais se presenta en una auténtica joya: una caja de madera lacada. El interior está forrado de cuero claro, mientras que un espejo resalta la botella y subraya su brillo. Nacido de una bola de fuego y del aliento del hombre, este original decantador es obra de un prestigioso fabricante francés: Cristallerie Saint-Louis. Herederos de más de cuatro siglos de maestría, sus maestros vidrieros y sus maestros cortadores lo han soplado pacientemente, cortado y luego decorado a mano con oro de 18 quilates.
Frapin guía la sutil evolución de sus aguardientes en barricas de roble a veces centenarias, tomándose el tiempo necesario, incluso varias décadas, para que revelen toda su complejidad. Este cuidadoso acompañamiento del proceso de envejecimiento va de la mano del control de la concentración de aromas. A lo largo de los años, cada barrica se coloca bien en una bodega seca para resaltar la finura y la elegancia del aguardiente, bien en una bodega húmeda para redondear y suavizar el bouquet. Las bodegas "Paradis" de Frapin albergan una colección excepcional de aguardientes raros, entre los que se encuentran los utilizados en la mezcla de la Cuvée Rabelais.
Palabras del jefe de bodega
Nuestro Maestro de Bodega, Patrice PIVETEAU, le explicará en detalle cómo se elabora este coñac. Descubra el terruño, el saber hacer asociado a Frapin Cuvée Rabelais... Nuestro coñac ya no tendrá secretos para usted.
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